En los últimos años, a raíz de la crisis económica mundial, surgió el fenómeno “Fast Fashion” o “Moda rápida”, que consiste en adquirir prendas de última moda pero a bajo costo y resignando la calidad de los tejidos y la confección.
El fast fashion es bastante parecido al fast food. Así como uno entra a uno de estos locales en busca de un menú económico y fugaz (además de rico), en las tiendas de moda “rápida” se ingresa a la caza de las últimas tendencias que se vieron en la pasarela pero de menor calidad y a bajo precio.
La “líder” de este movimiento es, sin dudas, la española Zara y sus seguidoras son las conocidas Forever 21, H&M y Topshop, entre otras.
Cuando antes las colecciones tardaban entre seis meses y un año en ser presentadas, esta nueva tendencia propone hacerla en cuestión de semanas.
Las marcas empiezan a reponer y rotar sus productos de manera frecuente para motivar a sus clientes a visitar sus tiendas y comprar nuevos productos; manteniendo siempre un alto contenido de moda y diseño, reflejando las últimas tendencias de la moda en el mundo.
De esta forma, los consumidores pueden renovar su guardarropa constantemente con las prendas de moda y sin gastar demasiado dinero. La ecuación parece perfecta y deja conforme tanto a los vendedores, que generan más ganancias, como a los clientes que consiguen a menor precio las prendas copiadas que usan los famosos y se ven en las pasarelas del mundo.
Fuente: Infobae Abril 2011